* ¡Adiós, maestro Oria Razo, que en paz descanse!
Apenas en la edición de ayer de esta misma columna, expresé mis mejores deseos y buena vibra para el maestro Vicente Oria Razo, ex titular de la Secretaría de Educación Pública en nuestro estado y uno de los más connotados y dilectos integrantes de la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores, quien se encontraba internado en la clínica hospital “Dr. Miguel Trejo Ochoa” del ISSSTE.
Escribí: “espero que gracias a los cuidados de los médicos y enfermeras del Instituto, así como la bendición del Creador del Universo, el apreciado maestro Oria se recupere lo más pronto posible y regrese a su hogar al lado de su familia, pues ya estamos esperando leer de nueva cuenta su gustada columna periodística Banderas al Viento”.
“Muchos compañeros y amigos del estimado maestro están permanentemente al pendiente de su estado de salud, entre ellos la señora Margarita Sato de Aguirre, presidenta de la ACPE y el ex presidente de esta misma organización de periodistas y escritores, Víctor Abel Viveros Saldierna, con quien Oria Razo tiene una sólida amistad desde hace muchos años. ¡Ánimo, maestro!”.
Movido por la amistad, el respeto y la admiración que siempre he tenido hacia el maestro Oria Razo, ayer por la mañana estuve en la clínica del ISSSTE para visitarlo y aunque no lo pude saludar personalmente, platiqué con su apreciada esposa Beatriz, quien luego de agradecerme la visita, me dijo que estaba muy contenta porque su querido esposo había salido de la gravedad y se recuperaba paulatinamente.
Incluso, la señora Bety me platicó que dentro de esa recuperación -que incluso sorprendió a los médicos y enfermeras que lo atendían-, un buen síntoma era que don Vicente les dio indicaciones para que enviaran puntualmente sus colaboraciones periodísticas a los medios de comunicación que de manera regular le publicaban su columna, entre ellos “Ecos de la Costa” y la agencia nacional de noticias Notimex. Y con esa buena noticia de la recuperación del maestro Oria Razo me retiré del hospital del ISSSTE.
Sin embargo, un par de horas después, recibí una llamada de otro entrañable amigo, don Víctor Abel Viveros Saldierna, quien me dio la mala noticia: murió don Vicente Oria Razo.
La muerte del maestro Oria Razo constituye, sin duda alguna, una pérdida muy dolorosa para su apreciable familia, para sus amigos, pero también un deceso muy lamentable para la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores (ACPE), de la que don Vicente era miembro distinguido, así como para la comunidad académica, cultural e intelectual de Colima y de México, pues fue siempre preclaro ejemplo del maestro, el periodista, el funcionario, pero sobre todo como esposo y padre, roles sociales igualmente valiosos y trascendentales.
Hace apenas unas semanas, el jueves 16 de diciembre de 2010, tuve la oportunidad de saludar con el aprecio de siempre al maestro Oria, en el marco de la sesión de la ACPE, en que con la representación del Ejecutivo Estatal Mario Anguiano Moreno, el secretario general de Gobierno, Jesús Orozco Alfaro, nos tomó protesta como nuevos socios de esta acreditada organización a Laura Castellot Mondragón, Miguel Delgado Álvarez, Roberto Godínez Soto, Angélica Rocío Hernández Orozco, Alfredo Juárez Albarrán, Rubén Pérez Anguiano, Federico Rangel Lozano y el autor de esta columna, Pepe Naranjo.
Inclusive, el maestro Vicente Oria Razo, en su calidad de Coordinador del Consejo Editorial de la ACPE, fue quien se encargó de cerrar las participaciones al micrófono, después de nuestra presidenta, la señora Margarita Sato de Aguirre y del buen amigo y compañero Carlos Maldonado Villaverde, para hacer los comentarios finales a la presentación del número especial de la revista “La Luciérnaga”, en su edición conmemorativa por el Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia de nuestro país.
Revista que por cierto, es un auténtico documento histórico, pues luego del editorial que redactó la señora Margarita Sato, el que el maestro Oria Razo escribe en las páginas 2 y 3 la presentación general de esta publicación de lujo, en la que también pudimos leer con interés otro artículo de don Vicente, titulado “200 años de educación en Colima”, en el que hace un puntual seguimiento del desarrollo de este rubro durante la Independencia, la Reforma, la Revolución Social, para cerrar con un capítulo en torno a la Evolución de la Educación.
Igualmente, el lector puede disfrutar en esta edición especial de “La Luciérnaga” valiosos artículos de reconocidos periodistas, escritores, cronistas e historiadores, como: Antonio Magaña Tejeda, Abelardo Ahumada González, Víctor Enrique de Caso Cerda, Noé Guerra Pimentel, Lorena Montaño Corona, Cuauhtémoc Acoltzin Vidal, Mercedes Ballesteros Silva, Manuel Godina Velasco, Lourdes Carrillo de Calvario, Ricardo Ante Villalobos, Rafael Tortajada Rodríguez, Rogelio Pizano Sandoval, José Trinidad Lepe Preciado (+), Norma Gutiérrez Flores, Teresa Valdés Betancourt, Miguel Chávez Michel, Julio León Pérez, Francisco Javier García Luna, Roberto Cárdenas Merín, María Elena Sánchez García, entre otros igualmente distinguidos.
Fue pues, la última vez que pudimos platicar y saludarnos don Vicente y yo, pues en la más reciente ocasión que lo vi, ya postrado en una cama del hospital del ISSSTE, estaba inconsciente y conectado a varios aparatos con los cuales trataban de reanimarlo. Valoro y agradezco las palabras que me dirigió aquella ocasión, al darme la bienvenida como nuevo integrante de la ACPE, comentarios muy elogiosos que guardo en el corazón y reservo sólo para mí.
El maestro Vicente Oria Razo nació en Ocotlán Jalisco en 1933 y falleció hoy miércoles 5 de enero a los 77 años de edad; las honras fúnebres se están realizando a lo largo de este día en la Funeraria Magaña de avenida San Fernando en esta ciudad de Colima, a donde han acudido compañeros y amigos de tan apreciado personaje, a presentar las condolencias a sus deudos y la misa de cuerpo presente se efectuará mañana jueves 6 de enero –Día de Reyes- a partir de las nueve de la mañana en el templo del Espíritu Santo, por la avenida Felipe Sevilla del Río, para luego ser trasladado para su cremación.
A través de esta columna expreso mi condolencia y solidaridad personal, así como de mi familia, tanto a su esposa doña Beatriz, como a sus hijas Consuelo, Beatriz y Patricia, así como a sus nietos Rodrigo, Alexia y Valeria. ¡Descanse en paz, nuestro apreciado maestro Vicente Oria Razo!
AGRADECIMIENTO.-
Finalmente, no quiero cerrar esta columna sin expresar mi más sincero agradecimiento a mi amigo, don Manuel Sánchez de la Madrid, propietario y director general del periódico “El Mundo desde Colima”, por abrirme generosamente de nuevo las páginas de este modesto pero valioso diario, para la publicación de esta columna.
Y como en la actualidad el internet juega un papel fundamental en el ámbito de los medios de comunicación, igualmente valoro y agradezco el respaldo de varios amigos y colegas periodistas que me brindan el espacio dentro de sus portales informativos en la web, como son Ángel Elías Méndez Morales, director de www.quadratincolima.com.mx, Miguel Atanasio Cárdenas, director de la agencia informativa www.periodicosenda.com, a Óscar Velarde, director de www.elbuenvecino.com.mx, Erik Fernando Figueroa Romero, director de www.colimanoticias.com, y Essaú López Virgen, director de www.afmedios.com, gracias a quienes esta columna también puede llegar hasta ustedes. De corazón, muchas gracias a todos. *