CUANDO EL FUTURO NOS ALCANZA
Por: Celina Naranjo
(celynaranjo10@yahoo.com.mx)
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Hola, amigas y amigos:
Quiero dar gracias a cada una de las lectoras y lectores, por permitirme compartir con ustedes una nueva etapa de mi vida, al leer este artículo que escribo con todo el cariño y la ilusión del mundo.
Desde hace tiempo tenía esta inquietud, pero a decir verdad me daba miedo; sólo que algunas personas tenemos la bendición de contar con un ángel terrenal y ese es mi caso: Pepe Naranjo, mi hermano mayor y mi mejor amigo, quien siempre me alienta y me motiva a salir adelante y a hacer mis sueños realidad y bueno, por eso aquí estoy…. ¡Gracias Hermano, te quiero!
La experiencia que quiero compartir hoy con ustedes, es la sensación que tiene una mujer cuando empieza a darse cuenta que el momento que creíamos tan lejano está llegando, ya que el tiempo no se detiene y el reloj sigue su marcha inexorablemente; al estar inmersas en lo que para nosotras es lo más importante -el cuidado de nuestros hijos-, dejamos de lado casi todos nuestros sueños, los proyectos profesionales e incluso la propia realización personal.
Tengo 42 años de edad y mi único hijo está por cumplir 18 (mi pequeña fue con Dios hace exactamente 14 años), pero desde hace un par de años me di cuenta, y hoy confirmo, que ya no soy tan necesaria para esta personita tan especial en la que he puesto todo mi empeño y le he regalado todo mi tiempo de manera incondicional, de lo cual por supuesto no me arrepiento.
Sin embargo, ahora que está a pocos meses de concluir la preparatoria y que ha decidido estudiar fuera de Colima, me pregunto: ¿Y ahora qué voy a hacer?, ¿en qué me voy a ocupar?, ¿qué va a ser de mi vida? Es como si me fuera a jubilar teniendo apenas 42 años (y con eso que ahora está de moda que los cuarenta son “los nuevos treinta”, pues me estoy jubilando a los 32 años).
Cuando tenemos esta sensación de abandono, de soledad o de vacío, estamos frente al “Síndrome del nido vacío”, y durante esta etapa empieza a haber una búsqueda del sentido de la vida, e incluso nos cuestionamos acerca de la relación de pareja cuando ésta se mantiene “por el bien de los hijos”. En esta fase, la familia se reduce en más de un sentido y es el momento de adaptarse, replantear nuestra forma de vida y sobre todo, los proyectos personales.
Con toda seguridad nos daremos cuenta que ya no somos tan jóvenes y que nuestro reloj biológico sigue su curso, pero tenemos que enfrentar miedos y retos; asumir que las perspectivas de nuestra existencia han cambiado de manera radical.
Personalmente, he llegado a la conclusión que entonces es ésta nuestra mejor etapa, aún y cuando como mujeres estemos pasando posiblemente por problemas propios del género, pero siempre tienen solución visitando a nuestro ginecólogo.
¿Por qué pienso que es nuestro mejor momento?, pues porque tendremos la satisfacción de haber cumplido con nuestra tarea principal como madres, que es educar de la mejor manera a nuestros hijos, y si ellos están volando es porque ya están suficientemente preparados y les enseñamos a ser independientes, autosuficientes y capaces de emprender proyectos, a desarrollarse personal o profesionalmente. Es decir, van a empezar su propia historia.
¿Y nosotras? Nosotras tendremos entonces el tiempo y la valiosa oportunidad de hacer todo lo que dejamos pendiente, y aunque es cierto que al reloj biológico nadie lo detiene, ese mismo caminar por la vida nos brinda la experiencia y la madurez que caracterizan a esta etapa, tan necesarias ambas para luchar y lograr todo lo que nos propongamos, ésta debe ser la mejor motivación para nuestra existencia.
Es momento de hacer esas cosas que no podíamos realizar, porque antes “no había tiempo”. Es importante recordar que aparte de madres, también somos esposas, amantes, hijas, hermanas, cuñadas, profesionistas, amigas, etc. Es tiempo de tener nuevas experiencias y podemos hacerlas de una manera fácil.
No habrá más prisas. No hay nada que perder, somos dueñas de nuestro tiempo, si lo intentamos y nos equivocamos pues ni modo, lo intentamos otra vez; disfrutemos cada momento, cada situación, disfrutemos de cada actividad, eso debe ser para nosotras lo más importante y lo que nos motive a seguir adelante. Ahora es el momento de ser felices…. ¡Hagámoslo!
PS: Artículo publicado el miércoles 23 de marzo de 2011, en los periódicos Diario de Colima, El Mundo, El Comentario, Colimán y en los portales de internet: www.colimanoticias.com, www.quadratincolima.com.mx, www.colimapm.com, www.elbuenvecino.com, www.periodicosenda.com y http://grupocomala.blogspot.com/
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