Por: Celina Naranjo
ADOLESCENCIA: EL DIFÍCIL TRÁNSITO
Para Cecy, Karly, Ary y Yayo,
con todo el amor de mi corazón
con todo el amor de mi corazón
Hola, amig@s:
En el desarrollo natural de la vida, a diferentes edades tod@s pasamos de la etapa de dependencia de nuestros padres cuando somos bebés y niños, hasta la independencia de la fase adulta.
En medio de este sinuoso camino se encuentra la adolescencia, aquel periodo en el que se aprende a ver de una manera diferente la vida, cuando paulatinamente se empieza a descubrir la libertad y se encuentran l@s amig@s entrañables que en muchas ocasiones perdurarán por siempre; en el que surgen nuevos horizontes, nuevas ideas. Sin embargo, es una etapa muy delicada en la vida, porque es la que marca prácticamente el futuro de todo ser humano.
Los papás y mamás tenemos la importante misión de propiciar y ayudar a nuestr@s hij@s en su desarrollo personal, preparándolos para que progresivamente se valgan por sí mismos y aprendan cada día más a pensar, discernir y valorar, en una palabra a ser hombres y mujeres íntegr@s.
La educación de calidad basada en valores y la comunicación eficaz con nuestr@s hij@s adolescentes es una tarea complicada pero no imposible, que exige mucho esfuerzo y participación de los padres y madres de familia.
Sin duda, la mayoría nos hemos preguntado alguna vez si debo ser autoritari@ o amig@, si debo prohibir o consentir; y muchas veces el no saber cómo actuar nos deja una sensación de temor o desorientación.
Pero seguramente ell@s no están mejor que nosotros, pues generalmente los tratamos como niños y les exigimos como adultos; se encuentran en un periodo de transición en el que la rebeldía, los sentimientos de angustia e inseguridad aunadas a su propia crisis de identidad, que muchas veces se agrava por los problemas conyugales de los papás, multiplican los conflictos.
La brecha generacional dificulta la comunicación y el entendimiento, los padres hablamos desde la experiencia personal y l@s hij@s responden desde su propia inexperiencia, pues están ávidos de explorar, descubrir y aprender por sí mismos.
Es fundamental establecer una escala de valores a nuestr@s hij@s y que les enseñemos a contemplar metas y objetivos que den sentido a su existencia, para que elijan y tomen las decisiones correctas en su proyecto de vida.
Sería ideal y maravilloso que como padres, aprendamos a proporcionarles asistencia, oportunidades, ejemplos y modelos que les permitan tomar la ruta adecuada y hacer de ell@s los seres más felices y realizados.
Estoy segura que tod@s aspiramos a educar hijos libres que no sean esclavos de sus temores, que puedan desenvolverse con soltura y dignidad, realizados con una conciencia ética y autónoma. Con una libertad que debe darse en proporción a la responsabilidad que ell@s demuestren.
Debemos estar alertas a mantener siempre abiertas las vías de comunicación, establecer normas y límites bien definidos que son básicos para la formación de personas responsables y estables, ayudarles a expresar sus sentimientos, otorgarles el reconocimiento que merecen, brindarles espacios de propia decisión, siendo siempre justos y fieles a nuestros principios.
Y lo más importante: decirles reiteradamente y demostrarles con los hechos, cuan importantes son para nosotros y cuanto les amamos. Todos los días de su vida.
A tod@s ustedes gracias por leerme; les deseo que Dios les Bendiga y les recuerdo que ahora es el momento de ser felices…. ¡Hagámoslo!
(celynaranjo10@yahoo.com.mx)
En el desarrollo natural de la vida, a diferentes edades tod@s pasamos de la etapa de dependencia de nuestros padres cuando somos bebés y niños, hasta la independencia de la fase adulta.
En medio de este sinuoso camino se encuentra la adolescencia, aquel periodo en el que se aprende a ver de una manera diferente la vida, cuando paulatinamente se empieza a descubrir la libertad y se encuentran l@s amig@s entrañables que en muchas ocasiones perdurarán por siempre; en el que surgen nuevos horizontes, nuevas ideas. Sin embargo, es una etapa muy delicada en la vida, porque es la que marca prácticamente el futuro de todo ser humano.
Los papás y mamás tenemos la importante misión de propiciar y ayudar a nuestr@s hij@s en su desarrollo personal, preparándolos para que progresivamente se valgan por sí mismos y aprendan cada día más a pensar, discernir y valorar, en una palabra a ser hombres y mujeres íntegr@s.
La educación de calidad basada en valores y la comunicación eficaz con nuestr@s hij@s adolescentes es una tarea complicada pero no imposible, que exige mucho esfuerzo y participación de los padres y madres de familia.
Sin duda, la mayoría nos hemos preguntado alguna vez si debo ser autoritari@ o amig@, si debo prohibir o consentir; y muchas veces el no saber cómo actuar nos deja una sensación de temor o desorientación.
Pero seguramente ell@s no están mejor que nosotros, pues generalmente los tratamos como niños y les exigimos como adultos; se encuentran en un periodo de transición en el que la rebeldía, los sentimientos de angustia e inseguridad aunadas a su propia crisis de identidad, que muchas veces se agrava por los problemas conyugales de los papás, multiplican los conflictos.
La brecha generacional dificulta la comunicación y el entendimiento, los padres hablamos desde la experiencia personal y l@s hij@s responden desde su propia inexperiencia, pues están ávidos de explorar, descubrir y aprender por sí mismos.
Es fundamental establecer una escala de valores a nuestr@s hij@s y que les enseñemos a contemplar metas y objetivos que den sentido a su existencia, para que elijan y tomen las decisiones correctas en su proyecto de vida.
Sería ideal y maravilloso que como padres, aprendamos a proporcionarles asistencia, oportunidades, ejemplos y modelos que les permitan tomar la ruta adecuada y hacer de ell@s los seres más felices y realizados.
Estoy segura que tod@s aspiramos a educar hijos libres que no sean esclavos de sus temores, que puedan desenvolverse con soltura y dignidad, realizados con una conciencia ética y autónoma. Con una libertad que debe darse en proporción a la responsabilidad que ell@s demuestren.
Debemos estar alertas a mantener siempre abiertas las vías de comunicación, establecer normas y límites bien definidos que son básicos para la formación de personas responsables y estables, ayudarles a expresar sus sentimientos, otorgarles el reconocimiento que merecen, brindarles espacios de propia decisión, siendo siempre justos y fieles a nuestros principios.
Y lo más importante: decirles reiteradamente y demostrarles con los hechos, cuan importantes son para nosotros y cuanto les amamos. Todos los días de su vida.
A tod@s ustedes gracias por leerme; les deseo que Dios les Bendiga y les recuerdo que ahora es el momento de ser felices…. ¡Hagámoslo!
(celynaranjo10@yahoo.com.mx)
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