COMALA, COL. 30 Octubre 2010 (PN).- “Hacia la inclusión de la equidad de género en la política de ciencia, tecnología e innovación en México”, fue el nombre de la conferencia que impartió la coordinadora de Ejecución, Grupo Mujer Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Martha Pérez Armendáriz, este fin de semana en la sala Alberto Isaac de Casa de la Cultura de Colima.
Dijo que de los siglos XII al XV, las universidades estuvieron cerradas para las mujeres. El papel de la mujer era crear a los hijos y estar en la casa. Fue hasta la mitad del siglo XX cuando se abren formalmente las universidades para ellas, y esa tendencia se extienden por en Europa. Así, en 1987 se gradúa en México la primera doctora, Matilde Montoya.
A finales del siglo XIX y principios del XX, existía el tabú de que las mujeres no tenían capacidades creativas. “Afortunadamente —dijo— se terminé ese mito de que la mujer no era capaz de realizar investigación o ciencia”.
En la década de los 70 surge la lucha por la equidad de género, “y ahora se ha entrado a un mundo globalizado, donde la economía está basada en la parte científica y tecnológica de las naciones, y es ahí cuando se platea, a nivel internacional, que la base científica y tecnológica máxima de un país no se va lograr si no están participando las mujeres. Se ve como un interés de tipo económico lograr que las mujeres participen en la ciencia, con el fin de lograr un potencial científico máximo que permita un bienestar, tanto familiar como en la sociedad en general”.
Martha Pérez comentó que actualmente en México hay un amplio grupo de mujeres investigadoras que trabaja en diferentes aspectos de equidad de género, y que también surgieron organismos internacionales que están incorporando a las mujeres a la educación y a la ciencia como una política económica, con el fin de mejorar el bienestar social de las naciones.
En cuanto al Grupo Mujer y Ciencia que ella preside, mencionó algunos de sus objetivos: fomentar la creación de políticas científicas con una perspectiva de género que continúe el desarrollo de la ciencia en México; impulsar las aportaciones de las científicas mexicanas y colaborar en la formación de redes y nuevos grupos científicos.
Dijo también que en los encuentros que han tenido como grupo ha visto que la Ley de Ciencia y Tecnología vigente no incluye la perspectiva de género; “no hay un reconocimiento formal por parte de las instancias responsables del desarrollo científico del país en el campo de ciencia y género, y no se están cumpliendo diversos acuerdos internacionales por representes en México respecto a las mujeres de ciencia”.
Finalmente, dijo que el grupo ha enviado una propuesta para que se incluya la perspectiva de género en la Ley de Ciencia y Tecnología.
Dijo que de los siglos XII al XV, las universidades estuvieron cerradas para las mujeres. El papel de la mujer era crear a los hijos y estar en la casa. Fue hasta la mitad del siglo XX cuando se abren formalmente las universidades para ellas, y esa tendencia se extienden por en Europa. Así, en 1987 se gradúa en México la primera doctora, Matilde Montoya.
A finales del siglo XIX y principios del XX, existía el tabú de que las mujeres no tenían capacidades creativas. “Afortunadamente —dijo— se terminé ese mito de que la mujer no era capaz de realizar investigación o ciencia”.
En la década de los 70 surge la lucha por la equidad de género, “y ahora se ha entrado a un mundo globalizado, donde la economía está basada en la parte científica y tecnológica de las naciones, y es ahí cuando se platea, a nivel internacional, que la base científica y tecnológica máxima de un país no se va lograr si no están participando las mujeres. Se ve como un interés de tipo económico lograr que las mujeres participen en la ciencia, con el fin de lograr un potencial científico máximo que permita un bienestar, tanto familiar como en la sociedad en general”.
Martha Pérez comentó que actualmente en México hay un amplio grupo de mujeres investigadoras que trabaja en diferentes aspectos de equidad de género, y que también surgieron organismos internacionales que están incorporando a las mujeres a la educación y a la ciencia como una política económica, con el fin de mejorar el bienestar social de las naciones.
En cuanto al Grupo Mujer y Ciencia que ella preside, mencionó algunos de sus objetivos: fomentar la creación de políticas científicas con una perspectiva de género que continúe el desarrollo de la ciencia en México; impulsar las aportaciones de las científicas mexicanas y colaborar en la formación de redes y nuevos grupos científicos.
Dijo también que en los encuentros que han tenido como grupo ha visto que la Ley de Ciencia y Tecnología vigente no incluye la perspectiva de género; “no hay un reconocimiento formal por parte de las instancias responsables del desarrollo científico del país en el campo de ciencia y género, y no se están cumpliendo diversos acuerdos internacionales por representes en México respecto a las mujeres de ciencia”.
Finalmente, dijo que el grupo ha enviado una propuesta para que se incluya la perspectiva de género en la Ley de Ciencia y Tecnología.
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